Cantantes y Bandas de Porro

En un país latinoamericano y de regiones culturales caracterizadas por la amplia creatividad, la vida popular y la riqueza simbólica, el género musical y bailable del Porro en Colombia se ha cultivado en diferentes lugares y su adaptación territorial se ha relacionado estrechamente con los ritmos de vida de sus habitantes. Nacido en las sabanas del noroccidente colombiano, en el Caribe hijo de las migraciones afrodescendientes, la imborrable huella indígena, la llegada europea y el misticismo árabe, el Porro es un ritmo colombiano que goza de un auge y vigencia máxima tanto en entornos rurales como urbanos, además de varias ciudades con características culturales diferentes y, sin embargo, con conexión sonora. Los movimientos humanos, la apropiación musical que genera los cambios de formato, la creación de espacios de ocio para el baile y la música, así como las aficiones, han hecho que el Porro tenga un gran despliegue y ascendente tanto en la costa norte colombiana, como en la ciudad de Medellín. En ambos lugares se reconocen estilos de baile y sonoridades relacionadas con sus entornos nacientes, y los contextos que le han dado lugar y vigencia.

Las primeras manifestaciones del Porro de la costa Caribe se dieron en lo que conocemos como los departamentos de Bolívar, Córdoba y Sucre.  Allí, en medio de un paisaje que se exalta con vigor por el río Sinú, la Mojana Sucreña, los Montes de María y la sabana cordobesa, el Porro se tocaba con palmas, tambores y voces, de igual forma que se ha interpretado la Cumbia tradicional y el Bullerengue, conocidos como bailes cantados. En la costa Caribe colombiana ha habido un marcado y evidente mestizaje, y su encuentro cultural fomentó la amalgama musical que hoy nos brinda un sin fin de riquezas musicales. Es difícil definir el origen exacto de su matriz como “baile cantao”, considerando que su gestación se dio a partir de unas muestras puras musicales africanas en la percusión y unas melodías indígenas de kuisi, instrumento que sería renombrado por los colonos y posteriormente mestizos como gaita. Adicionalmente, y con el paso del tiempo, el Porro se vio fuertemente influenciado por la sonoridad de las bandas marciales, y es aquí cuando este género musical muta de su ejecución embrionaria y bucólica, para incorporar instrumentos metálicos como el bombardino, el clarinete, el trombón, la trompeta, el bombo, los platillos y el redoblante. El carácter festivo de su interpretación le ha valido ser el contenido central de varios festivales y encuentros musicales en la costa Atlántica que se realizan anualmente y tienen un gran ascendente en la población, así como en los espacios de fiesta y de socialización cotidianos de la sabana. Como una fresca brisa que ondea las polleras y el vaivén de caderas, vive el Porro y su hermano musical más próximo, el Fandango, y en el crepuscular ocaso de la noche previa a las celebraciones, se preparan las velas y los pies para bailar hasta que llegue la madrugada. Son las famosas alboradas, las que a ritmo de Porro y música de banda, se acompasan con el premonitorio canto de los clarinetes, y le dan entrada al resistente espíritu de los pueblos que se encuentran a sí mismos en esas expresiones identitarias. El Encuentro Nacional de Bandas en Sincelejo, Sucre, el Festival del Porro Cantao de San Marcos del Carate y quizás el más afamado, el Festival Nacional del Porro en San Pelayo, Córdoba, son algunos de los escenarios en donde se puede disfrutar de esta máxima expresión cultural del territorio costeño, riobajero, cienaguero y sabanero que le acoge y le honra. Flameando sus faldas como prolongación de sus caderas, las danzantes establecen un diálogo con su pareja, uniendo su espíritu con la luz del fuego que consume un paquete de velas ardientes, dejando caer su parafina sobre las manos y cabezas, mientras recrean los reflejos, y son la única medida del tiempo que anuncia el final y el nuevo inicio de una rueda de Porro. Aunque las parejas estén sueltas, su conexión se establece con las miradas y el estremecimiento de las almas que escriben sus historias como pueblo a ritmo de Porro.

Ha sido inevitable que gran parte de Colombia y el mundo se contagie de la candidez del Porro, generando variadas interpretaciones que aún hoy siguen reinventándose y creando nuevos formatos y nuevos sonidos. Se conoce como Porro Palitiao’ o Pelayero a la manera más rudimentaria de sus sonidos, en donde los arreglos musicales se determinan por la animosidad de la fiesta rural y espontánea. Una acepción un poco más urbanizada en entornos citadinos como Montería y Sincelejo es conocido como Porro Tapao’ o Sabanero, en donde se conserva una estructura melódica y rítmica más académica, sin dejar de lado su carácter popular. Sin desacelerar su expansión, el Porro ha llegado a las ciudades del interior del país, haciendo que la ciudad de Medellín desarrolle con él un fuerte vínculo y una apropiación singular y diferente a las que se presentan en la costa Caribe, siendo actualmente un movimiento artístico de carácter urbano y que en su ejecución bailable se ampara en muchos otros ritmos. El Porro Marcado, o Porro Cachaco, ha sido una adaptación de este ritmo costero y sabanero, bailado de forma amacizada y abrazada. Un estilo de baile originario de las barriadas populares de la ciudad, especialmente del barrio Encizo, en donde gracias a los entornos familiares de socialización y colectivos locales, se adecuaron los lenguajes dancísticos de la Salsa, el Tango, el Merengue, el Pasodoble y el Foxtrot. La musicalidad fue la primera que llegó a Medellín, y tuvo un gran auge gracias a que orquestas y Big Bands adaptaron a  su propio formato el Porro y la Cumbia tradicional de la costa Caribe. Asimismo, muchos de los estudios de grabación de gran prestigio se ubicaban en Medellín, y era allí donde se grababan los LP’s que aportaron a la afición que los paisas han sentido por el Porro. Paulatinamente, la devoción por el formato orquestado con tintes de Cumbia, Merecumbé e incluso Bolero, y que se escuchaba en los clubes sociales, permeó todas las clases y entornos de la ciudad. Tanto la fiesta popular en Medellín como las academias de baile fueron responsables de expandir esta apropiación. Ello ha generado el nacimiento y presencia de espacios como el Festival del Porro de Medellín, el cual ha sido escenario de las puestas en escena y el estudio de muchos colectivos artísticos en Medellín. Colectivos que se mantienen en la resistencia artística y política de la cultura popular, y que construyen nuevas realidades alrededor del Porro, sus orígenes y su evolución.

A continuación, algunos y algunas cantantes y bandas de Porro:

  • Abraham Núñez Narváez

  • Adriana Lucía

  • Alex Acosta

  • Alfonso Piña y su Combo

  • Alfredo Gutiérrez

  • Andrés Landero

  • Aurita Castillo

  • Banda 13 de Diciembre

  • Banda 19 de Marzo de Laguneta

  • Banda Bajera de San Pelayo

  • Banda de Manguelito

  • Benetia

  • Billo’s Caracas Boys

  • Calixto Ochoa

  • Chucho Sanoja y su Orquesta

  • Clímaco Sarmiento

  • Domingo López

  • Doris Salas

  • El Combo Maravilla

  • Esther Forero

  • Francisco Zumaqué

  • Frank Cortés

  • Gabriel Romero

  • Germán Carreño

  • Grupo Tropical Colombia

  • Guillermo Gonzalez

  • Joe Arroyo

  • Joe Montes

  • Jesús Nuncira y su Orquesta

  • Juan Piña

  • La Banda Cereteana

  • La Combo Dilido

  • La Integración

  • La Orquesta de Ray

  • La Sonora Cienaguera

  • La Sonora Cordobesa

  • La Sonora del Caribe

  • La Sonora Dinamita

  • Lito Barrientos

  • Los Bestiales

  • Los Corraleros del Majagual

  • Los Cumbia Stars

  • Los Cumbiamberos de Pacheco

  • Los Curramberos de Guayabal

  • Los Guayacanes

  • Los Macumberos del Sinú

  • Los Melódicos

  • Lucho Campillo

  • Lucho Pérez

  • Luis Eduardo “Lucho” Bermúdez

  • Maria Mulata

  • Matilde Díaz

  • Momo Argote

  • Orquesta Curro

  • Orquesta de los Hermanos Martelo

  • Orquesta Emisora Fuentes

  • Orquesta Ritmo de las Sabanas

  • Orquesta Italian Jazz

  • Orquesta Los Caribes

  • Orquesta Sincelejo

  • Pacho Galán

  • Pello Torres

  • Pedro Laza y sus Pelayeros

  • Pedro Salcedo

  • Rufo Garrido

  • Súper Banda de Colomboy

  • Totó La Momposina