Una pareja indisoluble

Hay canciones con las que siempre me emborracho. Pensarán que soy una alcohólica, pero lo que realmente pasa es que la música despierta enormes y profundos sentimientos en mí, y cuando hay licor de por medio, suelen ser una pareja indisoluble. Me tomo varios cuando suena “Dueña de mi inspiración” de Ismael Rivera; otros cuantos cuando suena “Trampolín” del Gran Combo de Puerto Rico. Muchos cuando me ponen “Pedacito de mi vida” o “Quiero matar el dolor” de Celina y Reutilio. Y me emborracho si suena “Monín” de la Orquesta Dicupé y “El adiós” de la Orquesta Zodiac. Y si rematamos con unos Boleros de Felipe Pirela y de la Sonora Matancera… Ya se imaginarán. A veces creamos parejas que nos hacen felices: La música y unos buenos tragos, por ejemplo. -Milena T.

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